Como yo ya me había equivocado el fin de semana pasado, ya tenía pensado continuar con la escultura de Carlos V en piedra que vi el sábado anterior. Es de un artista flamenco desconocido, y la textura de la piedra blanca con la iluminación que le han dado, hace un modelo fantástico.
Dediqué una hora y tres cuartos al busto del joven Emperador, para luego ver qué hacían los demás. Es lo divertido: ver cómo cada uno se acerca al tema que mejor domina. Algunos pintaron el claustro y las gárgolas, otros el jardín del Museo, otros las galerías del propio Museo, o a los compañeros dibujando, y el resto las fantásticas esculturas que hay en las salas.
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Al final, puesta en común de la experiencia, ver todas las obras juntas y asombrarnos de lo rápido que se van las horas. Había todo tipo de técnicas: rotuladores, lápiz, acuarela, boli Bic... en todos los tamaños y formas, y con los estilos más variados: pop-diseño moderno (un dibujo fantástico del Diablo en colores magenta), realista, semi-cubista...
Una gran experiencia, ¡hay que repetir!
Lápiz sobre cuaderno A5
Una encantadora forma de pasar la mañana del domingo.
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