Hoy se había convocado a todo aquel al que le apeteciera pasar un rato dibujando, al Mueso de Escultura de Valladolid, de 11 a 14 horas. Muy bien organizado, nos cedieron paso sin cobrar incluso, y nos dejaron libertad para vagar por las salas dibujando. Nos encontramos viejos conocidos, y conocimos gente nueva (algunos incluso venidos de Burgos).
Como yo ya me había equivocado el fin de semana pasado, ya tenía pensado continuar con la escultura de Carlos V en piedra que vi el sábado anterior. Es de un artista flamenco desconocido, y la textura de la piedra blanca con la iluminación que le han dado, hace un modelo fantástico.
Dediqué una hora y tres cuartos al busto del joven Emperador, para luego ver qué hacían los demás. Es lo divertido: ver cómo cada uno se acerca al tema que mejor domina. Algunos pintaron el claustro y las gárgolas, otros el jardín del Museo, otros las galerías del propio Museo, o a los compañeros dibujando, y el resto las fantásticas esculturas que hay en las salas.
Me fui a la de Gregorio Fernández a dibujar en el rato que quedaba un San Sebastián (sin las flechas, se debieron perder en algún momento) del que hice un apunte de la cara el otro día. Aproveché para hacer rápidamente y sin mucho detalle la figura completa, y asombrarme del conocimiento anatómico de D. Gregorio. Impresionante de verdad.
Al final, puesta en común de la experiencia, ver todas las obras juntas y asombrarnos de lo rápido que se van las horas. Había todo tipo de técnicas: rotuladores, lápiz, acuarela, boli Bic... en todos los tamaños y formas, y con los estilos más variados: pop-diseño moderno (un dibujo fantástico del Diablo en colores magenta), realista, semi-cubista...
Una gran experiencia, ¡hay que repetir!
Lápiz sobre cuaderno A5
Una encantadora forma de pasar la mañana del domingo.
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