jueves, 29 de septiembre de 2011

Acuarela diaria - Mujeres tahitianas en la playa (Gauguin)

Estos días he estado hablando de los dos principales descubridores de atolones e islas del Pacífico (me dejo en el tintero a un montón de franceses, españoles, portugueses y holandeses), y como Tahití era puerto de obligado refugio en sus viajes.

Y es que Tahití tenía todo lo necesario para reabastecer los navíos que en ella recalaban, y dar un merecido descanso a sus tripulaciones: abundante agua, comida de todo tipo (animales y frutas) y...mujeres.

Las mujeres tahitianas tenían entonces fama por su exotismo y por ser muy cariñosas, y es que no es que existiera el amor libre como tal, pero las normas sociales hacían que la promiscuidad no fuera mal considerada. Si añadimos que el clima hacía que se desarrollaran antes que en Europa, no es extraño que se recibiera en cada barco con vítores la noticia de que se enfilaba hacia estas islas.

Uno de los que se instaló en ellas, viviendo unos años muy felices, fue el pintor Paul Gauguin. En ellas hizo su producción más famosa, retratando a las lugareñas y la vida en Tahití, incluyendo la luz y el colorido local de una forma que nadie había hecho jamás.

Este cuadro lo hizo en el primero de sus viajes, y retrata a dos jóvenes isleñas, una con el traje tradicional y otra con una camisola misionera. Posteriormente hizo otras versiones del mismo (cambiando la camisola por pareos, etc...), pero siempre dentro del mismo estilo "cloisonismo" (bordeando de negro el dibujo) de vivos colores. Las figuras aparecen gruesas, no se sabe si como licencia estética o porque realmente eran así las retratadas, y utiliza una perspectiva muy forzada, casi "naif" para reflejar ambas figuras.

Obviamente, es complicado en acuarela pintar los colores de un cuadro de este tipo, peroooooo...había que rendir homenaje a las tahitianas ;-)

Acuarela sobre Fabriano 12x18,5cm.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Acuarela diaria - James Cook

Ayer hablábamos de La Perouse, y como su expedición estuvo desde el inicio conidicionada por la que años antes había realizado otro gran explorador a quien el francés admiraba: el capitán James Cook.

Cook nació en 1728 en North Yorkshire, en una familia pobre de ascendencia escocesa. Aprendió los rudimentos de la navegación en los barcos que transportaban carbón al Mar del Norte. Pronto se alistó en la Navy como simple marinero, participando en la Guerra de los Siete Años (como La Perouse) y especialmente se distinguió en la toma de Quebec (Canadá) a los franceses.

Posteriormente la Sociedad y la Navy le pusieron al mando de una expedición astronómica cuyo objetivo era ver el paso de Venus delante del sol desde Tahití. Ello permitiría una medición exacta de la distancia de la Tierra al Sol.

Partió con su nave, el Endeavour (del cual tomó el nombre el transbordador espacial), desde Inglaterra, recalando en Río de Janeiro y posteriormente en Tahití. Se hizo la medición prevista (que posteriormente se descubrió que era prácticamente inservible, no por culpa de la medición, sino por la poca fiabilidad de la instrumentación), y una vez cubierto el objetivo se lanzó a por el "objetivo secundario": reclamar para la Corona inglesa todos los territorios posibles.

Así, pronto Nueva Holanda pasó a ser Australia y miembro de la Commonwealth (había sido descubierta por los portugueses y cartografiada por españoles, pero no le importó mucho), Nueva Zelanda (descubierta por los holandeses), Tasmania y varios atolones del Pacífico.

A su vuelta a Inglaterra fue colmado de honores, y pronto estaba preparando su segunda expedición, destinada a ver si más al sur de Australia podía encontrarse tierra habitable. Llegó a unas 75 millas de la Antártida antes de dar media vuelta y dirigirse a Nueva Zelanda, con la conclusión de que no había nada que ver aparte de bloques de hielo, más al sur de Australia. A su vuelta al Reino Unido de nuevo se le rindieron toda clase de honores, pasando a ser Miembro de la Real Sociedad, la más alta distinción para un científico-explorador-cartógrafo.

Pero Cook no podía estarse en tierra firme mucho tiempo. Lanzó una nueva expedición en busca del pasaje del noroeste, un mito según el cual podía pasarse de Europa a Asia a través del norte de América. Partió en 1776, circunvaló África y la India, atravesó el Estrecho de Cook (Nueva Zelanda) y desde allí navegó por toda la costa americana hasta el Estrecho de Bering, donde fue detenido por el hielo. Viendo la imposibilidad de continuar se dirigió de nuevo al Pacífico.

En este último viaje tuvo serios problemas con su tripulación. Tradicionalmente el capitán de navío de la época era poco dado a condescendencias con su tripulación, y el látigo y los castigos estaban a la orden del día. Cook era un carácter fuerte que sabía imponer sus decisiones: hizo que sus hombres comieran choucrout y cítricos en cantidad para prevenir el escorbuto, muy habitual en la época en los barcos debido a la falta de vitaminas de las verduras y frutas frescas. Sin embargo esta medida no fue bien recibida por la tripulación, a pesar de que no hubo un solo caso de escorbuto en ninguno de sus viajes. En el último viaje James Cook sufrió alguna clase de enfermedad que le alteró, haciendo más inhumano el trato a sus hombres y tomando algunas decisiones equivocadas. La última de ellas le llevó a la muerte.

El 14 de Febrero de 1779, habiendo recalado en Hawaii, unos indígenas robaron un esquife de Cook. Entre los tahitianos el robo era el pan nuestro de cada día, y no se consideraba algo inmoral. Sin embargo, los británicos no pensaban igual, y generalmente se capturaba algún prisionero hasta que lo robado aparecía. Cook se dispuso a capturar al rey de la isla (se le oyó decir: "Siento que estos indígenas me van a obligar a hacer algo violento. No podemos permitir que piensen que quedan por encima de nosotros"), lo cual sentó bastante mal a su pueblo. Del "huy lo que me ha llamado" se pasó al "eso no me lo dices tú en la calle", y pronto estaban los ingleses pegando mosquetazos a diestro y siniestro, y todos los indígenas lanza y cuchillo en mano. Cook cayó acuchillado y parece que se practicó algún tipo de canibalismo con él. Posteriormente su tripulación pudo rescatar el cuerpo, separando la carne de sus huesos como era tradición, para que éstos fueran sepultados en el mar (la carne se quemaba, por si algún morboso tiene interés).

El capitán James Cook fue uno de los grandes descubridores de la historia, y gran parte de los grupos de islas del Pacífico fueron descubiertos y cartografiados por sus expediciones. Amplió enormemente el conocimiento que se tenía de la zona, y allanó el camino para futuras expediciones y asentamientos.

Acuarela sobre Fabricio 12x18,5

martes, 27 de septiembre de 2011

Acuarela diaria - La Perouse

En una entrada anterior os hablaba de cómo las hormigas acudían a comerse mi acrílico al igual que le había sucedido 300 años antes al ilustrador de La Perouse, célebre descubridor y cartógrafo francés. Este hombre, equivalente a los fotógrafos del National Geographic actuales, se quejaba amargamente de que las moscas acudían a comerse el gouache y no le dejaban trabajar. ¡Y es que el gouache es tan rico, con ese sabor dulzón y ese olor maravilloso!

Jean FranÇois de la Pérouse nació en 1741 en Albi (Francia), y como era tradición en aquella época entró desde muy jovencito como guardamarina  en un navío de guerra, participando desde ese momento en algunas escaramuzas con naves inglesas (nos encontramos en pleno apogeo de la guerra de los Siete Años). A los 18 años es hecho prisionero por los británicos del famoso Hawke en la batalla de los Cardenales en Quiberon (Bretaña francesa).

Tras ser liberado participa en distintas acciones guerreras ascendiendo gradualmente en la jerarquía naval. Pronto tendrá el mando de su propio velero tras distintas batallas en la Guerra de Independencia americana, pues Luis XVI se fija en ese oficial que es gran navegante y valiente guerrero a la vez.

Por ello, poco tarda el monarca en dejarse convencer por su ministro de marina, el mariscal Castries, para dejarle liderar una expedición destinada a entrar en la historia de la navegación. Con objetivos muy ambiciosos, tanto políticos, como científicos, pues debía "descubrir todas las tierras que escaparon al capitán Cook". Esta expedición, formada por las naves L'Astrolabe (el Astrolabio) y La Bussoule (la Brújula) debía partir en 1785 y durar cuatro años, y dando la vuelta al globo partiendo de Brest, identificar y tomar posesión para Francia de cuanto territorio hallasen.

Los ingleses dieron vía libre a la expedición, a pesar de encontrarse aún en guerra con Francia, pues La Perouse era respetado también entre los británicos por sus actos de humanidad durante la Guerra de Independencia Americana, respetando las posesiones de los ingleses huidos. Incluso se le regalaron dos brújulas utilizadas ocho años antes por Cook, a las que La Perouse veneraba.

La leyenda dice que había más voluntarios que puestos libres en la expedición, por lo que el ingreso fue filtrado rigurosamente, siendo uno de los eliminados un joven oficial de artillería llamado Napoleón Bonaparte. No he podido contrastarlo debidamente...

Una vez zarpado de Brest y pasado el Cabo de Hornos, se bordeó todo el continente americano, navegó por Japón y todo el Pacífico, sucediendo diversas desgacias: las olas volcaron varios botes en Alaska ahogando a varios marineros, los indígenas de las islas Tuitula (Samoa) atacaron a los que desembarcaban acabando con una docena de oficiales y tripulación... hasta que ocurrió la gran desgracia (que acabó de inscribir su nombre en la historia).

El 10 de marzo de 1789 zarparon de Australia, informando de su regreso a Francia en junio. Nunca regresaron. El misterio duró varios años, pues la Revolución Francesa impidió enviar expediciones de rescate, y no aparecían restos de naufragios. Seis años después se enviaron buques a saber qué era de las naves francesas, y avistaron diversas señales de humo en la isla de Vanikoro (Salomón), pero no pudieron desembarcar. Posteriormente, en 1826, un navío irlandés encontró en Tikopia (islas Santa Cruz) objetos que parecían pertenecer a la expedición, incluyendo una funda de daga con las iniciales de La Perouse. Habían sido intercambiadas con los indígenas de Vanikoro.

Estos indígenas contaron que años atrás un barco había encallado en los arrecifes, y que su compañero había sufrido igual suerte al acudir en su auxilio. El primero (La Bussoule) se hundió con su tripulación, pero el segundo había permitido rescatar distintos materiales para hacer una balsa en la que se hicieron a la mar sus tripulantes, excepto un "jefe" y su criado que se quedaron en la isla Vanikoro. De ninguno de ellos se supo nada jamás. Sin embargo, en la isla continuaron los hallazgos de objetos del Astrolabe, y finalmente en 2005 se identificó y autentificó formalmente el pecio del Astrolabio en la isla Vanikoro, dando fin así al enigma de uno de los grandes descubridores de la era dorada de la navegación.


Acuarela sobre Fabricio 12x18,5

lunes, 26 de septiembre de 2011

Cierre de la exposición

Ayer fue el último día en que estuvo abierta mi exposición (y todavía a última hora hubo quien se acercó a verla), y no puedo estar más contento. A todos los niveles.





En lo personal, por la cantidad de gente que ha acudido a ver mi humilde exhibición (en su día, cuando Eduardo Alvarado me preguntaba por qué me había lanzado a pintar, yo le comentaba que uno de mis objetivos vitales era que al menos una vez en mi vida, alguien se acercara sin que yo se lo pidiera a ver un cuadro mío colgado; bueno, pues el objetivo se ha cumplido mucho más de lo que nunca hubiera soñado).

En lo artístico, porque por delante han pasado un montón de artistas de los que realmente saben. Isabel, CarlosSantiago, Clemente, Juan, Luis, Conchy, César, Mª Ángeles, Pedro, Cristina, y muchos más... artistas que en muchos de los casos viven de la pintura, y en otros, dedican gran parte de su tiempo a ella. Y además entre todos me han animado mucho, y los que tienen más confianza me han dicho lo que les gustaba y aquello mejorable, algo que siempre se busca también mostrando tu obra.

En lo comercial, porque han surgido unos cuantos encargos remunerados, que con la que está cayendo siempre vienen bien, aunque no era el objetivo de la exposición. Así, otro objetivo vital: que algún día alguien pague por tener una obra mía colgada en su pared, que ya había cubierto el año pasado se reafirma. Si a eso añadimos que gente involucrada en galerías y demás se ha interesado también por lo que ha visto ¿qué más puedo pedir?

Ahora ya a pensar en la próxima (o próximas), pues hay varias buenas ideas circulando, y alguna puede ser un bombazo. Ya iré contando ;-)

Bueno, también a descansar una temporada, a recuperar el contacto con todos los blogs en los que suelo comentar pues no he tenido tiempo estas últimas semanas de entrar en ninguno, a volver a pintar diariamente, a actualizar mi blog con regularidad, a adelgazar un poco tras tanta vida social, y sobre todo, a pensar hacia dónde me dirijo. ¿Qué quiero hacer realmente?¿Dónde quiero posicionarme en el esquema que publiqué el otro día?¿Qué más quiero aprender?

Muchas gracias a todos los que habéis tenido a bien acercaros a mi humilde exposición (como Carlos, gran fotógrafo, que se fotografió frente a un óleo), y a los que habéis llamado interesándoos por la misma; os dejo con unas fotos y un video para los que no la habéis visto.

lunes, 12 de septiembre de 2011

De lo ideal para vivir de la pintura...

El otro día mantuve una interesante conversación con otro dibujante, sobre los distintos tipos de pintores, exposiciones y amateurismos. Como conclusión, pinté este gráfico en una servilleta para ilustrar lo que quería decir:

Antiguamente los pintores trabajaban bajo pedido, y era extraño aquel que pintaba frecuentemente para su propio placer. También existían los que pintaban lo que les apetecía, e intentaban venderlo luego (caso de los flamencos, por ejemplo). Además, todo pintor reconocido tenía su taller en el que albergaba a aprendices o a pintores menos diestros que el "titular", ofreciendo trabajo aunque no reconocimiento. De esta forma, los pintores rara vez pintaban los temas que les podían interesar, y se volvían especialistas en aquello que se les daba bien y tenía mercado (Claudio de Lorena y sus paisajes, los pintores de corte, etc...).

En nuestros días el tema está más complicado (y eso que no me meto a tratar la globalización). El número de artistas se ha incrementado mucho (movidos en gran medida por las cifras que manejan los que llegan a algo, y por lo poco exigente de los actuales programas de Bellas Artes), y los talleres ya no existen. Los encargos se encuadran casi exclusivamente en el ámbito institucional (proyectos subvencionados, obra para instituciones, etc...), y en el sector privado la práctica más común del pedido es el retrato, y aún así tampoco da para vivir a todos los pintores. Así, casi todos los artistas que quieren vivir de su pintura recurren a exposiciones en salas privadas que realizan una labor comercial con sus cuadros. De este modo, el pintor se despreocupa de la venta, y el intermediario coloca sus cuadros a cambio de una comisión.

Pero este modelo tiene la misma dificultad que el usado por los antiguos artistas: no basta con pintar bien, hay que hacer lo que el mercado demanda; máxime cuando tu intermediario (la sala de exposiciones) necesita facilidades para colocar tu obra. Así, si a ti te encanta pintar ratones muertos y no hay nadie a quien le guste ver un cuadro de ratones muertos, los galeristas te irán abandonando. Ésto no tiene mayor importancia si no pretendes vivir de tu arte ("lo invendible" en el gráfico: hago lo que me gusta y que se me da bien, pero a nadie más le interesa). Y hoy en día que se lleva el "Artista" con mayúsculas, no dispuesto a alterar ni una coma su discurso porque su interior atormentado es lo más, aparecen multitud de estos casos.

Hay también quienes están trabajando en temas que no son sus favoritos, pero venden todo lo vendible ("lo comercial"). Me viene a la cabeza Kinkade en el mundo de la pintura, y muchos músicos de radio fórmula. Han escogido vivir de lo que les gusta, aunque no se sientan del todo realizados pues no tocan los temas que les apetecería, o con la calidad que ellos saben que podrían alcanzar. Sin embargo, pueden dedicar tiempo a lo que les interesa una vez acaban su dedicación diaria a los temas que les dan de comer, con la tranquilidad de tener las facturas pagadas.

También están quienes dedican mucho tiempo y esfuerzo a su arte, en temas que además son del agrado del público. Pero lamentablemente no tienen la técnica suficiente para pasar al siguiente nivel o vender sus obras, por lo que se quedan en "lo amateur".

Por último, la intersección de lo que se sabe, lo que se ansía, y lo que el  mercado quiere sería lo ideal: es el caso de un Antonio López, por ejemplo. A lo que todos aspiramos y suspiramos, "puros", "comerciales" y "amateurs". Inalcanzable en la mayoría de los casos.

Es curiososo porque además cada miembro de una de estas clases mira a los demás de reojo: "ése es un vendido" dice el artista "puro" que no consigue vivir de su pintura, de otro colega que lo vende todo pero no hace lo que realmente le apetece; "ése es un aficionado" dicen los que saben del que no, pero que es completamente feliz con su arte; "ése va de purista pero no vende un cuadro" dicen del que no es capaz de cambiar una pincelada de su obra, a pesar de que así podría venderla...

En fin, lo pongo como curiosidad porque a nosotros nos sirvió para reírnos un rato (estuvimos colocándonos cada uno donde nos veíamos en estos diagramas de Venn), y espero que no me haya salido un post demasiado filosófico, pues tan sólo es un divertimento.

Mañana os cuento que tal la inauguración de mi exposición...

martes, 6 de septiembre de 2011

Exposición - no me lo puedo creer...

Permitidme que haga un poco de ejercicio de alimentación de mi ego artístico, porque aún no me lo creo:

¡Alex Kanevsky ha entrado en el evento creado para mi exposición en Facebook, a desear suerte! Ya sé que hacer una entrada en el blog sólo para alardear es una bobada, pero como para mí significa muchísimo que uno de los artistas a los que más admiro dedique aunque sea un segundo de su tiempo a escribir ese mensajito, me deja completamente feliz. Me ocurre igual que cuando Jeffrey C. Jones comentó con una escueta frase un dibujo de Juankar Cardesín: "Bonita cabeza"; me pareció el reconocimiento más grande que se podía hacer al bueno de Juankar. Máxime cuando encima es la única vez que he leído a J.C. Jones alabar algún trabajo sin ser entrevistas.

Para los que no lo conozcáis, Alex Kanevsky es uno de los pintores más conocidos actualmente en EEUU y fuera de sus fronteras. Es de origen lituano, y tiene un estilo muy característico basado en el "desenfoque" de los motivos del cuadro.

Kanevsky siempre me ha encantado porque su técnica se acerca mucho a como me aproximo yo a cada cuadro (obviamente el resultado final de mi proceso está a siglos de distancia del suyo): no hace apenas mediciones, simplemente va a ojo porque cada "error" añade algo al resultado final, siempre hay que experimentar algo nuevo en cada cuadro (yo ésto lo llevo a rajatabla), etc... Si podéis entrar en su página veréis el porqué de su consideración de joven maestro, el porqué de la cotización de sus obras, y por qué es uno de mis ídolos.

Visto últimamente - Lorenzo Mónaco

Siento no actualizar últimamente, pero ando bastante liado con el tema de la exposición, y apenas he podido pintar ni apenas leer nada relacionado con arte. Sin embargo, si he podido echar un vistazo a la obra de un pintor del que no conocía nada, y que me asombra por su dominio del dibujo: Lorenzo Mónaco.
Lorenzo Mónaco nació como Piero di Giovanni (también se le conoció como "Lorenzo, el monje") y cambió su nombre al entrar en la orden de los camaldulenses, como es tradición. Había nacido en Siena (hay dudas sobre este punto) en 1370, y pronto entró a trabajar en el taller del pintor Agnolo Gaddi. Sin embargo, al incorporarse a la vida monacal, orientó sus trabajos a las miniaturas y la iluminación de manuscritos, una de las principales aportaciones de la Iglesia a la cultura mundial pues permitió la supervivencia de gran cantidad de libros que se hubieran perdido de otro modo.
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Tuvo su propio taller de pintura en tela, e incluso de fresco, fuera del monasterio, y a partir de 1404 se incorpora a la nueva corriente gótica (de Gótico, no de que se pintara la cara de blanco con lágrimas negras y fuera vestido como un vampiro suspirando por las esquinas), dando mayor naturalidad a sus obras, fuertes colores, y siempre temática religiosa.

Tiene una obra muy prolífica, y se conservan la mayoría de sus cuadros y frescos, casi todos en museos de primer orden hoy en día.
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Lorenzo es un maestro del dibujo: sus rostros tienen una naturalidad inusual para la época, y su tratamiento de los ropajes es, sencillamente, increíble.

Cuando murió en 1425 (algunos dicen que 1430) dejó sin terminar un Descendimento, que fue posteriormente rematado por Fra Angélico. De hecho, Lorenzo fue una gran influencia para este último.

¿Qué me ha impresionado de Lorenzo de Mónaco? Especialmente el primer cuadro que acompaña a este texto: esa fusión de la escena que está contando (la Resurrección) con todos los pasajes que han llevado hasta ese punto, me parece un ejercicio increíble de síntesis. Podemos ver el corte de oreja que hizo San Pedro la noche que se llevaron a Jesús, el pago a Judas de 30 denarios, las manos de Poncio Pilatos en el momento de desentenderse del cautivo, el beso de Judas, la lanza de Longinos, la vara con la que el escriba golpeó a Jesucristo. Y luego otros elementos que no logro ubicar: ¿el sorteo de la túnica de Jesús a la pajita más corta (creo recordar que fue a los dados)?¿qué es ese cisne herido en la parte superior - fantásticamente pintado?