sábado, 30 de julio de 2011

Óleo - árbol

En la zona de Tudela hay un montón de árboles de éstos, algunos secos, y de los que no tengo ni idea de qué son, pero son magníficos. Hoy me he levantado a las 7 para ir con todos los bártulos a pintar uno de ellos que vi el otro día desde la carretera.
Según llegué vi, como es tradición, que toda la zona estaba infestada de hormigueros. Eso sí, estas hormigas eran pacíficas y no se extrañaron demasiado de ver a un pirado cargado con una silla de campaña, un caballete enorme y una bolsa más grande todavía, así que me dejaron en paz. Por si acaso no las perdí de vista mucho, y tiene algo de hipnótico el trajín de las hormigas: hileras larguísimas de pequeños bichitos negros circulando en ambas direcciones cargando con las cosas más insospechadas: ¿para qué querrán todas esas pajitas?¿harán cabañas de paja dentro de los hormigueros?¿y los trocitos de cuerda?¿serán aficionadas al bondage?

Respecto a la pintura, un consejo para los que pintáis del natural. Si vais a salir en un día caluroso, procurad que siempre de la sombra a la paleta, pues si da directamente el sol los óleos se vuelven más oleaginosos que de costumbre, y complica un poco su tratamiento si no se está acostumbrado a ellos.

En este apunte, además de colores terrosos he querido incorporar rosas que nunca había trabajado con ellos. No sé si se ven en la foto (la fotografía de pintura no es mi fuerte), pero quedan bien en el paisaje castellano. Esta vez me he animado menos con los naranjas porque ya había bastantes ocres y no quería saturar el cuadro.

En resumen, tres horas y tres cuartos de pintura bajo el sol en una agradable mañana de sábado, seguro que algo he aprendido, y al menos he disfrutado un montón.

Óleo sobre tabla 40x30 cm.
Posted by Picasa

viernes, 29 de julio de 2011

Exposición de Juankar Cardesín


DEL 3 AL 28 DE AGOSTO

NOTESALVES CONTENEDOR DE ARTE  

MAYOR DE PARDIÑAS 37  (PORTALES DE PIZARRO)
BÉJAR 37700 (SALAMANCA)
De Miércoles a Domingo de 18:00 a 21:00 horas




 No se trata de una acción intencionada. Cardesín pinta como respira y no obedece a ninguna táctica. Es imposible disociar vida y arte en su obra porque ambas viven en simbiosis y se retroalimentan para continuar existiendo. Simplemente, al contemplar su obra nos sentimos atrapados porque sus creaciones nos hablan de estados de conciencia.
 El amor, la vida, el miedo, la soledad, la muerte, temas que va desgranando, y que a veces rayan el atrevimiento y la osadía, mientras que por otro lado es capaz de desnudar sus sentimientos sin contemplaciones y ofrecernos su yo más íntimo, frágil y vulnerable.No importa. Lo importante es ser consecuente y honesto consigo mismo para seguir avanzando. Esa es su hoja de ruta.
Los temas abordados, aún incluso los que pertenecen a su mundo interior más íntimo y personal, se convierten en universales puesto que reflejan la fragilidad del ser humano: el deterioro, la decrepitud, el dolor y el sufrimiento inherentes a la vida y que tanto atraen como repugnan. Pero también existe un Cardesín que nos muestra su fino y sutil sentido del humor, jugando a observar los objetos cotidianos como si acabáramos de descubrirlos. Un extraordinario artista que tímidamente nos demuestra que todavía existe un rayo de esperanza.
 Cardesín surca su propio camino, abriendo brecha y experimentando con los medios a su alcance. En su cabeza bullen constantemente ideas nuevas, pero sabe esperar para darles forma, porque su obra es producto de una reflexión meditada y constante. Su extrema humildad respecto a su creación artística y su increíble generosidad con los amigos no dejan de sorprenderme y admirar profundamente.
 La obra de Cardesín va dejando huella durante el trayecto y abre paso a nuevas vías que sigo con admiración y asombro, porque la genialidad creadora aparece en pequeñas dosis y es preciso no perder detalle una vez la hemos descubierto.

 
Terrassa, Julio de 2011
 Anna Morales Puigcerver

jueves, 28 de julio de 2011

Visto últimamente - Anselm Kiefer



Anselm Kiefer es probablemente el ejemplo más claro de los neoexpresionistas, movimiento nacido como él en Alemania y como el expresionismo clásico. Nació el mismo año que acababa la II Guerra Mundial, dos meses antes de su finalización y cuando Berlín ya estaba siendo machacada por el ejército ruso. Parece que estos hechos han marcado en gran medida su carácter, pues su obra está plagada de referencias a esta era.
Kiefer empezó realizando arte conceptual durante sus primeros veinte años, para a principios de los 70 renegar de todo lo anterior y meterse de lleno en la pintura, donde ha destacado como pintor "matérico". Y es que sus cuadros, además de ser grandes (otra característica del neoexpresionismo), acumulan materiales (desde yeso y aluminio, hasta semillas) de todo tipo que les dan esa apariencia tan "Kieferiana".

Sus temas están muy basados en la historia germana: desde cuadros de carácter mitológico, hasta los que reviven el Holocausto nazi, o la arquitectura megalomaníaca de Albert Speer (el arquitecto de Hitler y ministro de su gabinete). Imágenes de la guerra, grandes edificios, constelaciones, y especialmente la serie que muestra raíles que evocan a los trenes que llevaban a los prisioneros a los campos de concentración, le han hecho mundialmente famoso.

¿Qué me ha interesado de Kiefer? Sobre todo la primera imagen de esta entrada: raíles de tren que se pierden en el horizonte, con unas texturas muy marcadas para el suelo y el cielo. El color me fascinó también, esa mezcla de azules-grisáceos-tierras, que sin embargo tienen mucho contraste. Me encanta ese cuadro.
Pero con Kiefer me sucede como con muchos otros pintores: en cuanto se pone a pintar figura ya no me gusta (al revés que me ocurre con Egon Schiele). Y es que probablemente tenga razón el crítico que leí el otro día en el Times (lamento no encontrar el enlace ahora) que decía:
Cuando nos digan que alguien es un gran pintor, hay que responder:
"Un gran pintor pintando qué?"







miércoles, 27 de julio de 2011

Acrílico - Pareja

Tras unas accidentadas (y cortas) vacaciones, de vuelta al tajo y al caballete... Por de pronto una pareja de toda la vida: la de la Guardia Civil, con sus capotes y tricornios. No hay mucho que contar: paleta hipermegareducida (verde esmeralda, magenta y azul ultramar, más blanco), y carboncillos.

Acrílico sobre tabla 25x50cm.

viernes, 15 de julio de 2011

Acuarela - isla de Mouro




Como todos los veranos, cargo con mis acuarelas, cuadernos y demas hasta la playa, para pintar con agua del Cantábrico (y arena). Aunque estoy incomodísimo y el papel es malísimo, he pasado un buen rato.
A ver si mañana. Enseño las otras dos que he hecho de la península de la Magdalena...

Acuarela sobre papel 220gm A3


-- Desde Mi iPhone

Ubicación:Av de la Reina Victoria,Santander,España

martes, 12 de julio de 2011

Creatividad con un cuaderno y un boli

En este video (en inglis pitinglis) nos proponen un ejercicio para el desarrollo de la creatividad, basado únicamente en un cuaderno de espiral de 100 hojas o menos, y 1 mes de nuestro tiempo. Para los que no domináis el idioma de Secspir, os resumo brevemente sus premisas:

  • Utilizar un cuaderno de espiral de 100 hojas o menos.
  • No se puede arrancar ninguna hoja.
  • Sí se pueden pegar nuevas hojas (hasta el límite de 100).
  • Si durante el periodo del ejercicio se llega al final del cuaderno, se empiezan a usar las páginas ya utilizadas.
  • El periodo propuesto es un mes, aunque puede extenderse a dos.
  • Durante ese periodo, no debe verse TV, ni utilizar internet, ni acudir al cine, ni escuchar música, nada que pueda afectarnos culturalmente. Debemos permanecer "puros".
  • Todos aquellos medios que utilizamos habitualmente deben quedar desterrados durante ese periodos: las acuarelas, el Photoshop, los lápices... sólo un bolígrafo es admitido durante el periodo (si se gasta se puede coger otro ;-) )
  • Durante el periodo hay que usar el cuaderno para todo lo que se nos ocurra: dibujar, escribir, puntear, marcar...pero sólo con el boli. No se admite collage, pintura, lápiz... y no se permite borrar ni corregir nada. Lo que ocurre en el cuaderno, se queda en el cuaderno (parafraseando el famoso eslogan de una conocida ciudad de los EEUU).
  • Transcurrido ese periodo se nos dice que veremos una progresión en nuestra creatividad tremenda. No sé en qué consistirá porque aún no lo he hecho (cuando pase mi próxima exposición en septiembre quiero intentarlo a ver).
Espero que os sea útil, o que al menos sirva para que podáis decir: ¿pero de qué va este tío? Por cierto, es Sidney Lumet un director de animación que está en un proyecto indie...

viernes, 8 de julio de 2011

Alpargatas - de caballos...


Como todos los veranos, me lanzo a pintar alpargatas en acrílico para familiares y amigos. Este año inauguro la temporada con Luisa, que como buena amazona quería sus alpargatas con motivos hípicos. Creo que en mi vida he dibujado dos caballos, y desde luego no he pintado ninguno. Así que el tema pintaba peliguado (nunca mejor dicho), porque como ya he dicho alguna vez, pintar sobre alpargatas es muy complicado: es como hacerlo sobre un lienzo muy grueso y con pelusa, con lo cual los detalles son una tortura. Además no es una superficie lisa, sino que se arruga, está curvada para adaptarse al pie, etc...

Así que unos consejos para los que os animéis a hacer algo parecido:
1.- Haced dibujo previo. El año pasado lo hice "alla prima" y no salió mal, pero este año no he querido arriesgar, por aquello de que no he pintado nunca caballos.
2.- Diluid bien el acrílico. Cuanto más líquido esté, mejor cubrirá la tela de la alpargata, el problema es que también aparecerá más desvaído el color. Así que impera conseguir un buen ratio pintura-agua.
3.- Utilizad una horma para sujetar la alpargata. Yo ésto no lo hago y estoy convencido de que es la forma de trabajar más cómoda. A ver si el año que viene me hago caso a mis propios consejos.
4.- Buscad que los colores que uséis se adapten al color base de la alpargata, ya sea a base de complementarios o de opuestos. Teoría básica del color, vaya.

El resultado final aquí lo tenéis...

Acrílico sobre alpargata, talla 38.

domingo, 3 de julio de 2011

Acrílico - árbol del pinar de Traspinedo

Vuelta al pinar del otro día a probar suerte hoy con otro árbol (en otra dirección) y con acrílicos en vez de tinta. La foto ha salido un poco oscura, pero os hacéis una idea...

He estado desde las 8 de la mañana hasta las 11.30, en que he abandonado porque los acrílicos se secaban nada más sacarlos del tubo, y ya no me quedaba agua para echar encima e intentar mantenerlos frescos...


Cuando llegué (esta vez iba preparado: sombrero para el sol, silla, zapatillas de deporte con calcetín para que no me mordieran las hormigas, coca-cola...) lo primero que pensé es:

"qué vagas son las hormigas, a las 8 de la mañana no hay ni una". 

Luego me di cuenta de por qué no había ninguna a esa hora: es la hora de las moscas (se ve que se turnan en jorobar a los que pasan por allí). Y como contra ellas no había llevado nada, a aguantarse. Sí es cierto que hubo un momento de transición en que coexistieron pacíficamente las moscas y las hormigas, de lo que me di cuenta no porque me mordieran como el otro día (hoy no podían), sino porque se metieron todas como tontas en los acrílicos de mi paleta, así que parte de la pintura tenía cadáveres de hormigas que tuve que quitar luego.

Me recuerda a la expedición de La Perouse (de la que ya hablaré en otro momento pues es otro de los grandes misterios que se va resolviendo poco a poco), que llevaba con ellos a un científico-ilustrador (el antecedente de los fotógrafos de National Geographic actuales) que se quejaba constantemente de que las moscas se comían el gouache y no podía pintar nada.

Sobre la pintura, un único apunte: he descubierto el naranja. Lo usaba poco porque siempre lo hacía a base de mezclar, y el color resultante como buen secundario de pigmentos, es un naranja poco vibrante y un pelín sucio. Leyendo el otro día a Betty E. comentaba que nos olvidemos de paletas reducidas y ampliadas, que hay que llevar tubos de primarios y de secundarios, y los terciarios sacarlos por mezcla, pues si no pasaba lo que os describía antes, por tratarse de pigmentos y no colores puros. ¡Menuda diferencia! Los malvas, morados y naranjas tienen otro aire, y resulta que el naranja va fenomenal para desaturar verdes, y con el morado salen casi los mismos colores que me gusta mezclar en acuarela.