El otro día mantuve una interesante conversación con otro dibujante, sobre los distintos tipos de pintores, exposiciones y amateurismos. Como conclusión, pinté este gráfico en una servilleta para ilustrar lo que quería decir:
Antiguamente los pintores trabajaban bajo pedido, y era extraño aquel que pintaba frecuentemente para su propio placer. También existían los que pintaban lo que les apetecía, e intentaban venderlo luego (caso de los flamencos, por ejemplo). Además, todo pintor reconocido tenía su taller en el que albergaba a aprendices o a pintores menos diestros que el "titular", ofreciendo trabajo aunque no reconocimiento. De esta forma, los pintores rara vez pintaban los temas que les podían interesar, y se volvían especialistas en aquello que se les daba bien y tenía mercado (Claudio de Lorena y sus paisajes, los pintores de corte, etc...).
En nuestros días el tema está más complicado (y eso que no me meto a tratar la globalización). El número de artistas se ha incrementado mucho (movidos en gran medida por las cifras que manejan los que llegan a algo, y por lo poco exigente de los actuales programas de Bellas Artes), y los talleres ya no existen. Los encargos se encuadran casi exclusivamente en el ámbito institucional (proyectos subvencionados, obra para instituciones, etc...), y en el sector privado la práctica más común del pedido es el retrato, y aún así tampoco da para vivir a todos los pintores. Así, casi todos los artistas que quieren vivir de su pintura recurren a exposiciones en salas privadas que realizan una labor comercial con sus cuadros. De este modo, el pintor se despreocupa de la venta, y el intermediario coloca sus cuadros a cambio de una comisión.
Pero este modelo tiene la misma dificultad que el usado por los antiguos artistas: no basta con pintar bien, hay que hacer lo que el mercado demanda; máxime cuando tu intermediario (la sala de exposiciones) necesita facilidades para colocar tu obra. Así, si a ti te encanta pintar ratones muertos y no hay nadie a quien le guste ver un cuadro de ratones muertos, los galeristas te irán abandonando. Ésto no tiene mayor importancia si no pretendes vivir de tu arte ("lo invendible" en el gráfico: hago lo que me gusta y que se me da bien, pero a nadie más le interesa). Y hoy en día que se lleva el "Artista" con mayúsculas, no dispuesto a alterar ni una coma su discurso porque su interior atormentado es lo más, aparecen multitud de estos casos.
Hay también quienes están trabajando en temas que no son sus favoritos, pero venden todo lo vendible ("lo comercial"). Me viene a la cabeza Kinkade en el mundo de la pintura, y muchos músicos de radio fórmula. Han escogido vivir de lo que les gusta, aunque no se sientan del todo realizados pues no tocan los temas que les apetecería, o con la calidad que ellos saben que podrían alcanzar. Sin embargo, pueden dedicar tiempo a lo que les interesa una vez acaban su dedicación diaria a los temas que les dan de comer, con la tranquilidad de tener las facturas pagadas.
También están quienes dedican mucho tiempo y esfuerzo a su arte, en temas que además son del agrado del público. Pero lamentablemente no tienen la técnica suficiente para pasar al siguiente nivel o vender sus obras, por lo que se quedan en "lo amateur".
Por último, la intersección de lo que se sabe, lo que se ansía, y lo que el mercado quiere sería lo ideal: es el caso de un Antonio López, por ejemplo. A lo que todos aspiramos y suspiramos, "puros", "comerciales" y "amateurs". Inalcanzable en la mayoría de los casos.
Es curiososo porque además cada miembro de una de estas clases mira a los demás de reojo: "ése es un vendido" dice el artista "puro" que no consigue vivir de su pintura, de otro colega que lo vende todo pero no hace lo que realmente le apetece; "ése es un aficionado" dicen los que saben del que no, pero que es completamente feliz con su arte; "ése va de purista pero no vende un cuadro" dicen del que no es capaz de cambiar una pincelada de su obra, a pesar de que así podría venderla...
En fin, lo pongo como curiosidad porque a nosotros nos sirvió para reírnos un rato (estuvimos colocándonos cada uno donde nos veíamos en estos diagramas de Venn), y espero que no me haya salido un post demasiado filosófico, pues tan sólo es un divertimento.
Mañana os cuento que tal la inauguración de mi exposición...
Mucha suerte, y espero que muchos de tus trabajos estén en esa pequeña intersección central.
ResponderEliminarYa nos contarás.
un abrazo
Suerte mañana, Tayete. Martes y trece es un día estupendo para inaugurar.
ResponderEliminarSuerte Tayete con la exposición. Interesante tu artículo.
ResponderEliminarBuen ensayo, pero una matización con el pincel en la mano. Un Artista hace lo que tiene que hacer, independiente de la opinión de la inmensa mayoría atendiendo única y exclusivamente a su propia exigencia. No confundamos arte y comercio. Cierto que es de desear que se tengan atendidas ciertas necesidades básicas, pero mejor trabajar de cualquier cosa que pintar algo que no te resulte necesario.
ResponderEliminarSeré uno de esos puristas :)
Tayete, muy bien situado, el complicado "mantenimiento" de los artistas actuales .... Este gráfico es perfecto!
ResponderEliminare imagina aquí, el número de jóvenes titulados
frente a la enorme cantidad de veteranos!
es tensa ...
______________________________
felicitaciones por su exposición!!
Por lo que yo sé del mercado del arte, el artista de hoy (y supongo que también el del pasado) no sólo depende de su arte y la percepción que otros tengan de él sino del "marketing", que incluye la percepción que otros tengan de la persona del artista.
ResponderEliminarUn amigo pintor preparó en una ocasión una exposición a dúo con otro artista argentino en San Francisco (USA); la galerista que les contrató les confesó que había influido el hecho de que resultasen una pareja "exótica": un español de tez clara y 1.90 de estatura que se reúne con un artista del otro lado del mundo para trabajar una serie de ilustraciones.
Creo que esa percepción del artista y no de su obra pesa mucho en el mercado artístico.
Susana, Oñera y Teresa: ¡Muchísimas gracias, todo fue fenómeno! Intentaré hacer un post luego.
ResponderEliminarEzra: Obviamente, un artista hace lo que tiene que hacer, para eso es un profesional y ama lo que hace. El problema está dentro de lo que ama, hay cosas que le gustan más que otras. Por lo que te conozco tú no encajarías dentro de los puristas, pues haces encargos institucionales y retratos pagados, lo cual (no hay que decirlo) está fenomenal. Como purista me refiero a ejemplos como un MUY conocido pintor nacional, maestro único en una determinada técnica, con un montón de libros y exposiciones a sus espaldas (es mayor ya), que prefiere morirse de hambre, como es el caso, antes de dar una pincelada que no le apetece. ¿Realmente puedes estar preocupado por tu próximo cuadro cuando no sabes si podrás pagar tu cena de hoy?¿De verdad no puedes desprenderte de ese cuadro que te quieren comprar en tu exposición, y que sabes que tendrá un lugar destacado en la colección de ese comprador, por noséqué extraño escrúpulo comercial (caso real)?
Resumiendo: no conozco muchos casos de "puristas", apenas un par de ellos, y la conversación surgió en concreto por este pintor que te comento, conocido personal de los dos que estábamos debatiendo.
Denise: bien apreciado, se me olvidaba un cierto factor generacional. Los que han bebido de las noticias de los millones pagados por un Hirst al que no le hace falta saber dibujar, frente a los que tuvieron que hacer mil estudios de estatuas clásicas para entrar en una escuela de Arte hace treinta años.
Ismo: Tienes razón, y creo que también es un defecto que arrastramos del siglo pasado, cuando ser Warhol importaba mucho más que lo que pintaba.
En tu ejemplo probablemente el artista "puro" no se prestaría al juego ("mi arte es lo único que me importa", etc...) frente al artista histórico ("vivo de pintar, ya podré dar mi visión una vez sea conocido y con las necesidades cubiertas") o el amateur ("me apetece enseñar lo que hago pues le dedico mucho tiempo y me encanta; ¿que quieren que salga a escena con un argentino? por mí que no quede").
En fin, es un tema complejo y que probablemente de para discrepar mucho en dónde creemos cada uno que estamos situados ;-D
Por alguna razón, se me ha borrado una frase, Ezra: Además de a su propia exigencia, si pretende vivir de la pintura también debe atender a la exigencia del comprador, pues al final será "su" (del adquiriente) cuadro. Es decir, si te piden un retrato comisionado para un Consejo de Administración, seguro que no puedes hacerlo expresionista porque no te lo pagan...
ResponderEliminarInteresante esquema: supongo que es cuestión de elegir lo que realmente se busca. Muy bueno y aplicable a otras artes y oficios.....
ResponderEliminarUn abrazo y mucha suerte con la expo. Este finde me paso !!!
Estupendo post.
ResponderEliminarEn cualquier caso, tú mereces estar EN EL TRIANGULO DE LO IDEAL, amigo Tayete, y no cabe duda que en ello andas :)
Un abrazo
Esta muy interesante el esquema y pone a pensar a los que quisiéramos dedicarnos a la pintura de forma profesional y las posibilidades que realmente tenemos para ello, se que en tu blog has tratado ese tema constantemente y bueno, un saludo desde México.
ResponderEliminarGracias por compartir lo que piensas, es muy cierto lo que dices, algunos artistas plásticos nos quedamos en lo que nos gusta hacer, lo que sabemos hacer y nos quedamos solo en lo ideal. Buena la reflexión que me hizo esta lectura.
ResponderEliminar