Gentileschi (1563-1639) es uno de los pintores barrocos muy influidos por el manierismo y por Caravaggio. Aún siendo un pintor exitoso en su época, y con importantes obras conocidas hoy en día (alguna de las más famosas en el Museo del Prado), su importancia histórica radica en la influencia que tuvo en pintores posteriores, especialmente en Vermeer.
Su tratamiento de la luz, y sobre todo de las telas, serán admirados por el genio holandés posteriormente.
En el cuadro que me impactó de él (desconocía a este pintor), titulado "Descanso en la huida a Egipto", pueden verse claramente los aspectos que comentaba antes: el gusto por el contraste de luces y sombras (el chiaroscuro desarrollado por Caravaggio), la desproporción evidente en las figuras (véase lo diminuta que es la cabeza de la Virgen frente a su gran mano, su gran cuerpo y sus enormes piernas, el enorme tamaño del Niño, etc...) remanente del manierismo más extremo, y como contraste, un San José totalmente natural, en reposo, y con un dibujo impecable. Ese San José atrajo mi mirada inmediatamente pues me recuerda a los santos de mi idolatrado Ribera (del que algún día tengo que hablar), otro seguidor de Caravaggio.
Su hija llegó a ser una pintora incluso más famosa que él (Artemisa Gentileschi), y es famoso el estudio psicológico de sus obras, pues fue violada por Tasio, el tutor que Orazio la puso para adiestrarla en la pintura (era un elemento de cuidado, pues intentó robar obras del padre, violó a la hija, quiso asesinar a su mujer...) y desde ese momento sus cuadros mitológicos destilan crueldad y violencia a chorros hacia el género masculino. Para que luego digan que la pintura no es buena como terapia...
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