Alicia era la cuarta de diez hermanos de la antigua familia Liddell de Oxford (Inglaterra). Sus padres solían pasar largas temporadas lejos de su hogar, en busca de parajes donde el tiempo no hiciera tanta mella en la salud de la madre, por lo que gran parte de su tiempo lo pasaba con sus hermanas Lorina y Edith, y con Miss Pricket, su nanny. También solía ir a visitarlas de tiempo en tiempo, el reverendo Dogson, conocido matemático de la universidad, autor de varios libros científicos, con quien las niñas solían ir a caminar y a dar largos paseos en barca por el Támesis, que Dogson llamaba río Isis. El reverendo era un personaje divertido: sabía un montón de juegos de cartas, e incluso había inventado una modalidad de croquet especialmente dedicado a las hermanas.
Pero la magia ocurrió en una de esas travesías fluviales con el reverendo a los remos: comenzó a relatar una historia fantástica en la que representaba a cada uno de los conocidos de las niñas (incluido al propio Dogson en la forma de un pájaro Dodo) con nombres graciosos y actitudes cada vez más grotescas. ¡Hasta la propia Alicia - la favorita de Dogson - aparecía como la protagonista, constantemente creciendo y menguando en un mundo de fantasía!
Las niñas, entusiasmadas, pidieron rápidamente que el reverendo plasmara en un libro el cuento tan fantástico que acababan de oír. Dogson no podía hacer oídos sordos a esa petición, y rápidamente se puso manos a la obra, añadiendo nuevos pasajes, retocando otros, y entregando finalmente como regalo de navidad a Alicia Liddell dos años y medio después del famoso paseo en barca, el manuscrito del cuento. Estaba escrito a mano, cubierto de ilustraciones del propio Dogson, y encuadernado en un precioso cuero verde.
Alicia Liddell tenía el día que recibió el manuscrito 11 años, y no sabía que ese regalo la hacía pasar a la posteridad. Su regalo era "Alicia en el País de las Maravillas".
Acuarela sobre Fabriano 16x12,5 cm
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