viernes, 16 de marzo de 2012

¡Llega el libro de Mathieu Weemaels!


Conocí la obra de Mathieu Weemaels a través del blog de J. Luis Corella, amigo de Mathieu y uno de los artistas escogidos de Santiago Echebarría, uno de nuestros mejores galeristas actuales y con más éxito y ventas en todos sus eventos (lo que, dada la situación actual, significa que está haciendo las cosas francamente bien en este complicado mundo), y que también representa a mi querido Luis Pérez.

Mathieu tiene una virtud (a lo mejor es defecto) que me fascina: cada serie de cuadros es totalmente distinta de la anterior. En cuanto a temas, técnicas y estilo. Creo que le pasa un poco como a mí (o a Pablo Ransa o a tantos otros): una vez resuelto el problema, deja de tener interés el continuar haciendo lo mismo y hay que pasar a otra cosa. Y tiene otra virtud que hizo que me fijara en él: el desnudo como elemento pictórico destacado. Aunque tanto sus paisajes como bodegones me encantan también (de hecho sus paisajes se parecen *mucho* a lo que algún día me gustaría llegar a hacer con mis propias manos). Si véis su web veréis su evolución desde un realismo más clásico a la experimentación que lleva a cabo últimamente.

Si hay algo que me parece interesante destacar de Weemaels, es la composición. Creía que dedicaba un montón de tiempo a preparar cómo va a ser la estructura del cuadro, pero me comentó lo siguiente:

"About my compositions, it's competely and only a question of instinct. For objects, landscapes, or nudes. With nudes, the model moves and turns until something happens that I want to paint. I usually go very close to the model, which gives some strange points of views that i appreciate. An I work very quickly, at least with pastels, without any sketch or idea to begin with. It's really a question of instinct and emotion all along.With objects, it's a bit the same."

("Sobre mi composición, es sólo y únicamente una cuestión de instinto. Para objetos, paisajes o desnudos. Con los desnudos, la modelo se mueve y gira hasta que algo sucede que me apetece pintar. Generalmente me acerco mucho a la modelo, lo que da algunos puntos de vista raros que me gustan. Y trabajo muy rápido, al menos con los pasteles, sin ningún boceto o idea para arrancar. Realmente es una cuestión de instinto y emociones todo el tiempo. Con objetos es un poco lo mismo...") 

. Viendo los paisajes suyos, siempre me da la impresión de que la línea de horizonte que ha puesto ahí, es porque sólo puede estar ahí, y que subirla o bajarla unos milímetros cambiaría toda la estructura de la pintura. De hecho, hay algún paisaje suyo que, siendo realismo en su esencia, recuerda a un Rothko por ejemplo.
Así que finalmente me animé a pedirle el libro sobre su pintura y, no sólo me ha enviado el libro solicitado, sino otras fotos de obras suyas, y un folleto dedicado íntegramente a sus desnudos ¡qué bueno! Todavía no he podido dedicar tiempo a leerlos con avidez, pues quería comunicar rápidamente mi alegría.

Si a la gran pintura que realiza Mathieu Weemaels unimos que es un encanto de persona (con él todo son facilidades, e incluso hemos debatido ampliamente el origen del nombre de su mujer) ya sólo nos queda poder algún día ver sus cuadros en directo.


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