Con el primero, casi me muero de risa por lo que contaba su autora, y que no había visto en ningún otro medio. Fue publicado en Milenio (una revista mexicana), y es de Avelina Lésper, una conocida crítica de arte. En él, relata como dos artistas chinos (Yuan Chai y Jian Jun Xi) decidieron llevar al extremo la interacción con las obras de arte de Duchamp y Tracey Emin (de la cual hablaba un poco el otro día y que, como comprenderéis, no es santo de mi devoción - aunque he de reconocer que la chica sabe dibujar pero, por alguna extraña razón, no la da la gana hacerlo y prefiere poner su cama deshecha en la exposición. Supongo que hay que ganarse las lentejas y el dibujo no te las asegura). Estos buenos hombres, dieron utilidad real a la famosa cama de la Emin, y al urinario de Duchamp: se liaron a almohadanazos con la primera, y orinaron en la urna del segundo. Pensaba que era en sentido figurado lo de orinar, pero no: los tíos lo dejaron todo perdido (véase la foto). Y ya casi me caigo de la silla con la escena que describe la crítica:
Yuan Chai declaró en posición de ataque marcial “Somos Kung fu-artistas, queríamos hacer una obra a partir de la Emin”.Los dos chinos acaban de pasar a mi panteón particular de ídolos ¡qué máquinas!
Y es que resulta que la buena de Tracey Emin se puso como una furia cuando se enteró de que habían deshecho su cama deshecha, y supongo que Duchamp se revolvería en su tumba. Pero es que, como dice Lésper:
"Orinarse y darse de almohadazos no es arte, pero tampoco lo es una cama sucia o un urinario, entonces ¿por qué lo que los chinos hacen es un atentado criminal? Lo que nunca especifican es hasta dónde se puede reaccionar y si es válido hacerlo ante la provocación o el insulto. "Los artistas de instalaciones pretenden que la gente reaccione ante su obra, y cuando realmente lo hacen, se cabrean. Igual que Marina Abramovic y su última exposición-performance "La artista está presente": esta buena mujer se sienta en una silla (a 1.000$ la hora) y espera a que alguien se siente en otra que está frente a ella. También busca que la gente reaccione ante su "obra". Pero eso sí, como se te ocurra reaccionar te la cargas, porque la amiga Marina está con un par de seguratas a cada lado por si a alguien se le ocurre contribuir a su arte tocándola o hablando con ella. Vamos, que nos dejan reaccionar pero seguros, o como el artista quiere que reaccionemos: calladitos y pagando la entrada.
Otro artículo muy interesante es el de Jonathan Jones en el Guardian. Jonathan, otra de las figuras críticas de hoy en día, y defensor a ultranza del arte moderno (instalaciones y performances incluidas), comienza a preguntarse si los "stuckists" no tendrán razón. Aclaremos: los "stuckists" (algo así como "atascadores", una especie de conservadores, pero a lo bestia, del arte) son similares a los "hartistas" españoles (de "hartos" del arte moderno), y que para mi gusto son demasiado talibanes en sus apreciaciones, aunque coincido en su ataque a toda la morralla que aparece últimamente y el "todo vale". Pues no, todo no vale como bien dice Jones:
If you reject the notion that physical skill, natural talent or technical training have any value as art in themselves, then painters are screwed (si rechazas el concepto de que la habilidad física, el talento natural o el aprendizaje técnico tienen algún valor como arte por sí mismos, entonces podemos dar a los pintores por fastidiados).
No novelist can win the Booker prize without being able to write. But if you said all artists must be able to draw, you'd be laughed at. (ningún novelista puede ganar el premio Booker sin ser capaz de escribir. Pero si se te ocurre decir que todos los artistas deben ser capaces de dibujar, se reirían de ti).Y ésto lo dice alguien que reniega del arte tradicional, pero tiene toda la razón en este artículo. Ya uno de los puntos de los "hartistas" con el que sí me identifico, dice:
8. Estamos Hartos de que presenten cosas que requieren de historias y explicaciones. Si esto es necesario es que no es arte. EL discurso no cambia al objeto.Y de nuevo Avelina explicaba en un artículo anterior en Milenio sobre el manifiesto Hartista:
Yo quiero agregar que estoy Harta de la mediocridad, la banalización, el desprecio por la grandeza, el encumbramiento de la basura y la falta de ideas, la explicación en lugar de la labor y de creer en cualquier cosa ciegamente sin cuestionamiento. Harta de estas formas frágiles y volubles que no soportan la menor crítica. Harta de las complicidades y las mafias que las amparan. Harta de la inconsciencia del daño que se le hace al arte sólo para proteger los intereses de gente que desprecia la técnica, el trabajo y la voluntad creadora. Harta de que el valor sea la escatología y la barbarie. Harta y feliz porque sé que no durarán, su vacio los envía al olvido.Repito: a mí me encantan Velázquez y Rothko. Me gustan las figuras de Schiele y de Ingres. Me encantan Saura, Jose Hernández, casi todo Barceló, Gordillo, Pérez Villalta y tantos otros artistas modernos. Pero son auténticos artistas. No recurren al lenguaje de los consultores y comisarios de exposiciones: "para entender ésto tienes que ser un auténtico conocedor del arte" (como le decían al rey desnudo), y se esconden tras discursos sobre la función del arte, la cosmología, el diálogo con la obra y esas historias de artistas de pueblo: los artistas auténticos, simplemente, PINTAN...y se les entiende todo.
Tayete
ResponderEliminarPlanteas un tema interesante.
Hombre pero te tengo que decir , que tampoco me parece acertado mearse en la obra de Duchamp, te guste o no te guste se merece un respeto, es como la barbaridad que cometieron los "hermanitos" con varios grabados de Goya,
Pero pasando de esto, ciertos criticos (gracias a dios no todos), gestores culturales y comisarios varios, han ido gestando a lo largo de los años,una forma elitista de ver el arte, parece que si algo no esta avalado por ellos no es arte, despreciando en muchos casos, el trabajo , el esfuerzo, la creatividad etc etc,
Los galeristas que tienen que vender arte, hoy no venden arte, venden como en el mercado de valores "futuros", la mayoría de ellos entienden el arte en función del negocio que puedan sacar de ello, hay una disociacion absoluta entre arte y mercado del arte,
Coincido en que la mayoría de estos "artistas" refugiados en la teoría del arte, en intentar dar una explicación para poder justificarse, no resistiran el paso del tiempo,
A mi y todavía muchos , nos sigue gustando la pintura, eso no va a cambiar, y te dejo una frase que no es mía , y no se donde la leí,
"el arte interesa a poca gente... pero hay unos pocos a los que nos interesa mucho".
Saludos Tayete!!!
Un abrazo !!!
¡Hola Juankar!
ResponderEliminarMmmmm...leyéndote me doy cuenta de que a lo mejor se malinterpreta algo de lo que digo (desventajas del lenguaje escrito), porque no es que alabe a los chinos por ir de obra en obra haciendo el bestia. Lo interesante es que han seleccionado las obras que han atacado muy cuidadosamente, y las han continuado como se supone que el artista desearía: participando de ellas y "reaccionando", que es lo que siempre venden los comisarios y los folletos de las exposiciones.
En cualquier caso, todo lo crítico que soy con la Enim, no lo soy con Duchamp, y yo sólo incluía a éste por lo que contaba el artículo y por la gracia que me hace lo de los chinos y el cabreo de la Enim.
¿Y por qué con Duchamp no soy tan crítico? Pues porque lo que él creó y que se llamó "anti-arte", y que tenía una función en su momento (principios del s.XX), ha resultado al final ser el "arte oficial" y se ha transformado por extensión en que con poner cualquier cosa que encuentres por la calle se considere arte, simplemente porque Duchamp lo hizo.
Creo que si Duchamp viviera este momento, estaría pintando óleos a lo David, o sería uno de los chinos del artículo, pero se estaría partiendo de risa de ver a lo que ha llevado su famosa "Fuente", y lo bien que viven algunos de su anti-arte convertido en "arte contemporáneo".
Tayete
ResponderEliminarEstoy de acuerdo!!. si la obra de Duchamp tenía un momento dentro de la historia del arte, es como esa ´"reacción " que se nos supone cada vez que nos presentan una mamarrachada, a tomar por c... no quereis arte aqui teneis arte.
Saludos Tayete !!!!
Sinceramente y desde mi ignorancia: lo que joroba al espectador común es que alguien se gane la vida haciendo el mamarracho, dicho sea con todo el respeto a su arte.
ResponderEliminarA partir de ahí habría que preguntarse si lo que sentimos el común de los mortales hacia estos artistas, es sentido común o envidia....no creéis?
Abrazo
Carlos Pérez