Me gustó especialmente la imagen que muestro de una antena de telefonía con nidos de cigüeña, y a lo lejos tapada por palmeras una mezquita, que debería ser el motivo central del cuadro, pero que a César no se lo pareció. El contraste entre los nidos y el andamiaje de la torre de comunicaciones es una preciosidad.
En blanco y negro y con su habitual estilo muestra también una vista del Museo de Escultura desde el propio lugar de la exposición, que con un par de trazos resuelve todas las esculturas, huecos y detalles de la fachada de San Gregorio. Si a eso le unimos una capacidad de distribuir luces y sombras para hacer auténtico diseño, queda una imagen impresionante de verdad.

¡Para la próxima exposición una de escultura, César!
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