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No sé si conocéis al grandísimo Emilio Salgari, uno de los escritores de novelas más conocidos en el mundo. Fue capaz de crear personajes que perduran hasta nuestros días, y de describir paisajes y aventuras en lugares exóticos ¡sin abandonar nunca su ciudad italiana!
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"El desquite de Yáñez" pertenece a la saga de "Los tigres de Mompracem", donde Sandokán y sus piratas de la Malasia viven innumerables aventuras junto a otros grandes personajes: Yáñez el portugués, Kammamuri, la Rhani (mujer de Yáñez), la Perla de Labuán (el amor de Sandokán), Timul el Rastreador, el Rajaputra. Siempre todos ellos contra Shandia, el Rajá loco y alcoholizado...
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Bueno, pues tras releer "El desquite de Yáñez" me han entrado ganas de ilustrar uno de los pasajes más interesantes de la novela: la lucha en una vieja torre mongola erigida en mitad de la jungla, donde se han refugiado Kammamuri (el personaje principal), su guardaespaldas Rajaputra, Timul el Rastreador, y un gurú de una pagoda que han encontrado en el transcurso de la aventura que están viviendo. En esa torre se entabla un tiroteo en el cual los héroes acaban con unos cuantos bandidos que los están asediando. Me hace gracia que los "buenos" hacen uso de malicias que la Convención de Ginebra no admitiría: Kammamuri mata al capitán de los bandidos cuando se acerca a parlamentar bajo la promesa de un saco de arroz.
Así que llevo unos días dibujando a los personajes según yo los "veo" en mi imaginación según leía el libro, y es curioso: no creo imágenes definidas de los personajes de los libros que leo. Son imágenes difusas, casi iconos, pero muy claros en mi mente. Así que trasladarlos al papel es casi imposible, por lo que acudo a una mezcla de la descripción de Salgari y mi propia mente.
Están hechos con lápiz, y algunos coloreados con ceras plásticas de las de los niños (Plastidecor o Jovi), que dan unos tonos muy chulos de vez en cuando... Siento la distorsión en perspectiva de las fotos, pero aún están clavados los dibujos al tablero. Según avance con la ilustración definitiva iré poniendo más imágenes.
Lápiz y crayons (ceras plásticas) sobre papel A3.
Mis novelas infantiles (o juveniles, no sé) estaban ilustradas por Ballestar. Aún hoy les echo un vistazo de vez en cuando y me sigue pareciendo que ese tío hace magia con los trastos de dibujar.
ResponderEliminarA Sandokan y sus colegas los conocí algo más tarde, ya que aquella colección de Salgari sólo incluía al Corsario Negro.
Gracias Tayete, por avivar los recuerdos.
Compartimos el gusto por las novelas de Salgari. Y te dejo en mi blog una pequeña parodia que escribí hace tiempo que espero que te divierta.
ResponderEliminarQué coincidencia! : D Este verano he estado releyendo a Salgari, junto a Verne, los escritores de nuestra infancia.
ResponderEliminarTayete, genial descripción de aquello que a los jóvenes de entonces y aún jóvenes hoy, nos hicieron pasar horas inolvidables.
ResponderEliminarÉramos malos con tanta literatura belicista?, Con tanto muerto? Pues, creo que no!!!!
Ni mejores ni peores a los de hoy!
Un abrazo.